Bienvenidos a la Filosofía

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viernes, 30 de marzo de 2007

Aristóteles

Este mes, tal como lo hemos anunciado, estará dedicado a la profundización de algunos textos de Aristóteles. El Prof. Mirko Skariça será quien reciba las consultas, comentarios e inquietudes y a fin de mes, cerrará el ciclo con una conferencia sobre el autor en cuestión. Los textos sugeridos son dos. Uno tomado de la Metafísica L. I, cap. 1; y el otro de la Política, L. I cap. 1. Se recomienda la lectura atenta del resto del capítulo en ambos casos.

"Todos los hombres por naturaleza desean saber. Señal de ello es el amor a las sensaciones. Estas, en efecto, son amadas por sí mismas, incluso al margen de su utilidad y más que todas las demás, las sensaciones visuales. Y es que no sólo en orden a la acción, sino cuando no vamos a actuar, preferimos la visión a todas las demás. La razón estriba en que ésta es, de las sensaciones, la que más nos hace conocer y muestra múltiples diferencias.
Pues bien, los animales tienen por naturaleza sensación y a partir de ésta en algunos de ellos no se genera la memoria, mientras que en otros sí que se genera, y por eso estos últimos son más inteligentes y más capaces de aprender que los que no pueden recordar: inteligentes, si bien no aprenden, son aquellos que no pueden percibir sonidos (por ejemplo, a abeja y cualquier otro género de animales semejantes, si es que los hay); aprenden, por su parte, cuantos tienen, además memoria, esta clase de sensación. Ciertamente, el resto de los animales vive gracias a las imágenes y a los recuerdos sin participar apenas de la experiencia, mientras que el género humano vive además, gracias al arte y a los razonamientos" (Metafísica, L. I, cap. 1)
"La razón por la cual el hombre es un ser social, más que cualquier abeja y animal gregario, es evidente: la naturaleza como decimos, no hace nada en vano, y el hombre es el único animal que tiene palabra. Pues la voz es signo del dolor y del placer, y por eso la poseen también los demás animales, porque su naturaleza llega hasta tener sensación de dolor y de placer e indicársela unos a otros. Pero la palabra es para manifestar lo conveniente y lo perjudicial, así como lo justo y lo injusto. Y esto es propio del hombre frente a los demás animales: poseer, él solo, el sentido del bien y del mal, de lo justo y lo injusto, y de los demás valores, y la participación comunitaria de estas cosas constituye la casa y la ciudad" (Política, L. I, cap.1)