En un intento por recuperar este espacio, por conseguir un diálogo entre quienes amamos el saber, vamos a dedicar estos tres meses que restan de clases para reflexionar sobre tres conceptos fundamentales: La verdad, el bien y la belleza. Empezaremos en septiembre estudiando la noción de verdad.
Para lo cual proponemos dos textos:
Pues bien, el juicio sobre una cosa se fundamenta en lo que es esencial en ella, no en lo que en ella es accidental. Por eso, cualquier cosa se dice que es absolutamente verdadera según la relación que tiene con el entendimiento del que depende. Por eso también, se dice que las cosas artificiales son llamadas verdaderas por su relación con nuestro entendimiento. Así, se dice que una casa es verdadera cuando se asemeja a la imagen que hay en la mente del constructor; y que una frase es verdadera cuando expresa un pensamiento verdadero. Asimismo, se dice que las cosas son verdaderas por asemejarse a la imagen de las especies que hay en la mente divina. Ejemplo: Se dice que una piedra es verdadera piedra cuando posee la naturaleza propia de la piedra, según la concepción previa existente en el entendimiento divino. Por lo tanto, la verdad principalmente está en el entendimiento; secundariamente está en las cosas en cuanto que se relacionan con el entendimiento como principio. Según todo esto, la verdad puede ser definida de varias maneras. Pues Agustín, en el libro De Vera Relig., dice: La verdad es aquello con lo que se pone al descubierto lo que algo es. E Hilario dice: Verdadero es el ser que desvela, que deja en evidencia. Todo eso se refiere a la verdad en cuanto que está en el entendimiento. A la verdad de algo en cuanto relacionado con el entendimiento pertenece la definición que Agustín da en el libro De Vera Relig. : La verdad es la semejanza total con el principio; en ella no hay ninguna disimilitud. Y aquella definición que da Anselmo : Verdad es la coherencia sólo perceptible por la mente; pues coherencia es lo que concuerda con el principio. También la definición que da Avicena : La verdad de una cosa es la propiedad del ser que está afincado en ella. Cuando se dice: Verdad es la adecuación entre objeto y entendimiento, esto incluye los dos aspectos indicados. (Santo Tomás de Aquino, I, q.16)
"La noción de verdad satisface, ciertamente, el anhelo de incondicionalidad, el anhelo que lleva a los filósofos a insistir en que debemos evitar el contextualismo y el relativismo. Pero tal anhelo no es sano en absoluto, porque el precio a pagar por la incondicionalidad es el de la irrelevancia práctica. Por consiguiente, creo que la cuestión de la verdad no puede ser relevante para la política democrática y que los filósofos interesados en esta política tendrían que olvidarse de la verdad y ceñirse al tema de la justificación" (Richard Rorty, El pragmatismo, una versión, pág. 82)
Bienvenidos a la Filosofía
Esperamos que éste sea un lugar que nos permita estar mucho más comunicados, pero especialmente un lugar donde podamos reflexionar sobre aquellos temas que más te interesan y te motivan.
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14 comentarios:
Espeta Santo Tomás -con esa pluma inconfundible-: “El juicio sobre una cosa se fundamenta en lo que es esencial en ella, no en lo que en ella es accidental. Por eso, cualquier cosa se dice que es absolutamente verdadera según la relación que tiene con el entendimiento del que depende”.
Leído este fragmente cabe el siguiente análisis interrogatorio: el juicio que tengo (yo, ser humano) sobre una cosa (¿objetiva?, es decir, ¿que tiene una realidad ontológica propia y ajena a mi propio ser?) se fundamenta en lo que es esencial ¿en ella?
Me parece que hay algo extraño en todo esto. Un supuesto hasta el momento indemostrado, a saber, que la “cosa” tiene una existencia propia. Ud., para decir que el juicio que tiene sobre una cosa se fundamenta en aquello que es ESENCIAL a esa cosa, debe primero probar que esa cosa existe de suyo. Pero ¿cómo hacer eso? ¿tengo acaso la capacidad para existir en esa cosa? NO. Lo que tengo -y lo dice Santo Tomás- es la capacidad para aprehender la ESENCIA de esa cosa, pero esa esencia es una abstracción que descansa SOLO EN LA MENTE. De ello no se sigue que dicha esencia se corresponda con la existencia misma de la cosa (suponiendo que existe).
Se lee claramente en el texto (y ante ello no tengo objeción alguna): “Se dice que las cosas artificiales son llamadas verdaderas por su relación con nuestro entendimiento”. “Todo eso se refiere a la verdad en cuanto que está en el entendimiento”. “Y aquella definición que da Anselmo : Verdad es la coherencia SÓLO perceptible por la mente.”
La objeción aparece -como ya he intentado esbozar- con la pregunta, ¿de dónde saco yo, ser humano, que la esencia que tengo en la mente (a fin de cuentas, las esencias, según se lee, sólo están en nuestra mente) se corresponde con la existencia, ¡supuesta!, que tiene esa “cosa”?
Y agrega Santo Tomás sin considerar tamaña interrogante: “Se dice que las cosas -¿cómo sé que existen?- son verdaderas por asemejarse a la imagen de las especies que hay en la mente divina.” “Por lo tanto, la verdad principalmente está en el entendimiento (de esto no hay duda); secundariamente está en las cosas (ACÁ HAY MUCHAS DUDAS INACLARADAS) en cuanto que se relacionan con el entendimiento como principio.”
Verdad -concluye el Aquinate- es la adecuación entre objeto (?) y entendimiento, esto incluye los DOS (?) aspectos indicados.
Me parece que las dudas ante este primer texto han sido puestas en la palestra. Ojalá alguien pueda esclarecérmelas, porque, de veras (al menos desde una teoría escolástica) desconozco una solución a dicho problema.
En cuanto a Rorty, me parece que su texto (en la primera parte) no tiene el mismo objeto que el de Santo Tomás. Mientras uno se refiere a la praxis (política) el otro habita lo teorético (metafísica).
Rorty aparece, en la primera parte del texto, en contra (¿cómo no estarlo?) del político EXCLUSIVAMENTE TEÓRICO, que se dedica más que a aplicar determinadas ideas, a pensar una y otra vez dichas ideas (pensar sobre el pensar) quedándose en lo meramente especulativo. Anhelo que, si no se materializa, de nada sirve (en el plano de las ciencias prácticas).
La segunda parte del texto, en cambio, me parece errada, simplista y contradictoria; a saber, “Los filósofos interesados en esta política tendrían que olvidarse de la verdad y ceñirse al tema de la justificación". Ud. no le puede pedir a un filósofo que se olvide de la Verdad, ni menos que deje de reflexionar sobre ella o de buscarla, hacerlo es quitarle al filósofo lo más propio”.
Saludos muy cordiales a todos.
Chester Thomas C.
Estimado Chester ("Suponiendo que existas"): Desde ya te digo que no podré responder todas tus dudas, no sólo porque desbordan mi capacidad, sino porque tus reflexiones, siempre tan atinadas y serias, exigen algo más que una conversación cibernetica. Pero, me da la impresión que eso que te parece extraño, no lo es tanto si lo piensas bien. Digo esto porque comenzás diciendo: "el juicio que tengo yo (ser humano)..." y allí no planteas en ningún moemnto, ni demuestras en ningún momento que tengas juicios, que seas humano y mucho menos que existas. PEro a continuación te aparece "la cosa" y comienzan las objeciones sobre si tiene ser o no, sobre si existe o no, sobre si existe en mí o en sí. Y la razón de que procedas así, creo yo, es muy sencilla: Es evidente que existes!!!! No necesitas demostrármelo, lo sé y vos también. Y lo mismo ocurre con las cosas. Vos decís: "Un supuesto hasta el momento indemostrado, a saber, que la "cosa" tiene existencia propia"; pero es que no necesita demostración, es evidente que existen las cosas. Me dirás: No, no es evidente!!! Y te digo, no lo es desde que Descartes renuncia al conocimiento sensible y se queda con las ideas. La Filosofía tomista y junto con ella, toda la filosofía clásica parte de que la realidad existe fuera de la inteligencia y que esa misma inteligencia es capaz de conocerla. Y por eso que Santo Tomás no necesita demostrarlo. Pero como lo que es la verdad no es evidente, intenta explicar que entiende por ella y creo yo, que a lo que hay que darle vuelta (cosa que intentaré hacer en el próximo comentario) es al hecho que no hay verdad sin entendimiento. Que la verdad dice relación con un entendimiento, tanto divino como humano, y por tanto, que nuestro entendimiento no puede vivir sin verdad, cosa que sé que compartis por lo que afirmas sobre Rorty. Me alegra profundamente que vuelva a cobrar vida este sitio y, como siempre, animo al resto a participar!!!
Hasta la próxima,
Mariano
Continuemos reflexionando sobre el texto propuesto por Chester: "El juicio sobre una cosa se fundamenta en lo que es esencial en ella, no en lo que en ella es accidental. Por eso, cualquier cosa se dice que es absolutamente verdadera según la relación que tiene con el entendimiento del que depende". Me parece que aquí está contenida gran parte de la doctrina tomista de la verdad. En efecto, aparece en primer término claramente establecido que la verdad dice relación con el entendimiento, ya que sólo el puede penetrar en el interior de las cosas aprehendiendo su esencia. Como dice Aristóteles, el entendimiento es la facultad "asimiladora de la esencia". De tal manera que ese juicio que realiza el entendimiento y que afirma lo que la cosa es, su esencia, será un juicio verdadero. De allí que cite a San Agustín cuando dice: "La verdad es aquello con lo que se pone al descubierto lo que algo es".La verdad, dirá Santo Tomás en otro lugar, está en el juicio primeramente. Pero, en segundo término, en tanto señala que "la verdad dice relación con el entendimiento del que depende", tenemos que no es la misma la verdad que dice relación con el entendimiento divino, que la verdad que dice relación con el entendimiento humano. Este último es medido por la cosa, de tal manera que juzga lo que la cosa es y en la medida en que se conforme con ella, el entendimiento se dirá verdadero. Mientras que en el caso del entendimiento divino, es Él el que mide a las cosas, haciéndolas ser lo que son, otorgándoles su verdad. ESto es lo que algunos autores llaman verdad ontológica y verdad lógica. Sobre la definición que concluye el texto y que reune, como él mismo dice, ambas nociones de verdad, cabe señalar que la traducción es errónea al poner "objeto" en lugar de "cosa", que sería lo propio.
Aprovecho a desearles unas felices fiestas patrias,
MAriano
La sed de, Verdad , que tiene el Hombre,
ciertamente, se ve acrecentada tras la imposibilidad de responder a los múltiples cuestionamientos elaborados en su afán por saciar esta sed.
A medida que más conocemos, somos presa de más dudas, viéndonos cada vez más ignorantes de Verdad. Por esto, el Hombre ha de cimentar sus verdades en una verdad mayor, la Verdad Divina , aquella que no varía y de la cual se desprenden las demás. Esa verdad perfecta e inmutable, la más elevada de todas,
jamás la conoceremos nosotros como humanos, a pesar de participar de ella.
De ahí la importancia de Dios (aunque así no se le designe), para el Hombre, pues a partir de esta convicción fundamental hago posible: la verdad, la existencia, de todo, ya que al ser Esencia Universal es posible creer racionalmente en todo cuanto de ella se genera, empezando por nosotros mismos.
Quien se dispone alcanzar la Verdad, debe primeramente comprender que jamás la alcanzará, empero, si la búsqueda se orienta de forma humilde, tomando en cuenta lo imperfecta de nuestra condición y ávidos de aprendizaje, viviremos sabiamente de y en la Verdad, con fe de encontrarnos con ella frente a frente algún día.
Saludos
Que maravilloso tema que nos sugiere Curva catenaria para reflexionar y profundizar!!!: La relación que existe entre Dios y la Verdad. Santo Tomás lo plantea en estos términos: "Se dice que una casa es verdadera cuando se asemeja a la imagen que hay en la mente del constructor; y que una frase es verdadera cuando expresa un pensamiento verdadero. Asimismo, se dice que las cosas son verdaderas por asemejarse a la imagen de las especies que hay en la mente divina". POr su parte, curva Catenaria lo afirma de este modo: "el Hombre ha de cimentar sus verdades en una verdad mayor, la Verdad Divina , aquella que no varía y de la cual se desprenden las demás". Las cosas son verdaderas en cuanto son imagen de las especies que hay en Dios, y es esto precisamente, lo que nos permite entenderlas, conocerlas con nuestra inteligencia. Una realidad inteligible, sólo lo es si tiene su fundamento en alguien inteligente. La verdad que el hombre puede alcanzar (verdad lógica) tiene su fundamento en la verdad divina (verdad ontológica o de cosa). POr eso que podemos plantear la pregunta para discutir, debatir, analizar: ¿Se puede afirmar la existencia de la verdad, como accesible al entendimiento humano y a la vez negar la existencia de Dios? ¿Se puede afirmar la existencia de Dios y negar la existencia de la verdad y la capacidad del entendimiento humano de acceder a ella? ¿No será acaso que la crisis de la razón que vive Occidente se deba a su alejamiento de Dios, a lo que Juan Pablo II llama la crisis de Dios en el hombre? Si es cierto lo que planteaba Chester ("uno no puede pedirle a un filósofo que se olvide de la verdad") ¿se puede decir que un filósofo para ser tal no puede tampoco olvidarse de Dios? En fin, dejo estas preguntas y otras que uds. mismos podrán hacerse, para que las conversemos.
Un saludo afectuoso
Mariano
Un artículo en relación al tema ...
EL DERECHO Y LA VOZ
Por Paulina Vallejos y María Gloria Vallejos. Realizado en el año 2005
En este artículo se hablara del relativismo existente en nuestros días. No se encuentran respuestas absolutas frente a las cosas, al parecer el tiempo ha abierto nuevos estilos de respuesta.
La llegada de los tiempos modernos, las ideas ilustradas, el aceleramiento de los procesos, seguido de la disminución de las distancias, han dado paso al relativismo en las opiniones, en las vivencias del mundo. Es entonces, en un mundo globalizado, cuando este proceso se hace aún más explicito.
Si se sueña algo, en realidad, no se sueña tanto, es sólo uno de los tantos sueños que se tienen. Si se dice algo, no se quiso decir eso, las palabras se confunden.
Las cabezas parecen estar diseñadas de esta forma, las respuestas dejaron de ser tajantes, los disfraces y los matices se vuelven comunes.“Resulta que es lo mismo ser derecho que traidor, ignorante, sabio, chorro, generoso, estafador. Todo es igual; nada es mejor; lo mismo un burro que un gran profesor” . La idea de dejar el absoluto, y relativizar, es el hoy.
Cuando hablamos de absolutismo partimos del supuesto que “dentro de todos los sistemas morales existentes habrá un orden de peor a mejor, y sólo uno de los sistemas históricamente dados es considerado un sistema moral único de validez universal.”
El tiempo ha dejado atrás esta idea producto de la globalización, donde las sociedades no se encuentran aisladas, sino, que existe un contacto o proximidad entre ellas.
La Globalización es un concepto nuevo, caracterizado por enlazar las distintas actividades humanas, de tal manera, que estás estén integradas.
Este fenómeno permite la conectividad, dada a través de aspectos geográficos, culturales, económicos y sociales. Todo esto, permite una cultura de masas, con ayuda de los medios de comunicación que favorecen el proceso. La Globalización inventa una identidad global, lo que destruye muchas veces identidades locales, dando también paso a la creación de grupos, como “tribus urbanas” que se unen bajo la identificación de opiniones respecto a determinados temas. Estos grupos o “tribus urbanas” son bastantes, siendo la reproducción de la relatividad de opiniones existentes. El papel del relativismo permite que cada una de éstas sea equivalente, negándonos la posibilidad de declarar algo como válido o inválido. Es decir, se plantea una equivalencia en los distintos sistemas morales.
El problema está en la pregunta: ¿Hasta dónde podemos llegar con este afán relativista? Y si este afán nos es propio, ¿ Nos pertenece, o es algo que nos envuelve como un día lo hizo la globalización? ¿Vamos a ser capaces de parar en un caso extremo? ¿Deben existir parámetros, principios universales o basta con el fluir de las ideas?.
Para responder a estas preguntas se consideraran las ideas de filósofos como Protágoras, padre del relativismo, y los planteamientos de Platón y Sócrates, quienes se oponen a la tesis filosófica que éste plantea.
Se buscara desarrollar discusión frente al tema, establecer relación entre la ética y el relativismo, y entre éste y la globalización del mundo moderno. Se reconocerán además las implicancias de lo que significa una sociedad relativa.
Para comenzar se hablara de historia, así se contextualizara el proceso de cambio de la sociedad en su visión de mundo y forma de vida.
Se remonta a la edad media, donde existía una verdad absoluta basada en la religión católica, en un Dios que marcaba pautas en la vida de las personas, determinando tanto lo correcto como lo incorrecto, había un sólo camino a seguir, sin dudas ni cuestionamientos, una sociedad que vivía para un futuro único, “el reino de los cielos”.
Con la llegada de los tiempos modernos el mundo debe reaccionar y despertar del sueño eterno de la existencia de una sola verdad, salir en defensa de ésta ante las nuevas ideas que estaban surgiendo, teniendo que cambiar, introduciendo reformas incluso la religión católica antes reinante. “Se estaba configurando el llamado mundo moderno y con el una nueva mentalidad que tendía a marginarse de los criterios teocráticos-sociales institucionalizados a través de la iglesia”
Los puntos de vista crecían, las ideas protestantes abrían una puerta a nuevas miradas, dejando poco a poco el absolutismo atrás, abriendo camino a una sociedad algo más relativista.
Con la ilustración se inicia una nueva etapa, la razón despierta como algo necesario para llegar al conocimiento a través del método, se rompe el único criterio de autoridad existente. “ La razón desembocó el desarrollo de el espíritu critico que se convirtió en el nervio del siglo y que llevo a poner en tela de juicio todo lo existente”
“La ilustración es la liberación del hombre, de su culpable incapacidad” . Esta liberación de la que habla Kant sería la capacidad y responsabilidad de tener una apreciación particular de cada cosa. Todo esto se traduce en el liberalismo, que más tarde provocará las distintas revoluciones liberales para terminar con el modelo absoluto, y dar paso a los tiempos modernos, reformados con la globalización en la que nos encontramos hoy.
A pesar de que el relativismo sólo puede evidenciarse en el marco de una sociedad moderna, no es algo que surge hoy día. Primeramente los sofistas dieron planteamientos relativistas, Protágoras estableció:”El hombre es en la medida de todas las cosas, de las que son en tanto que son y de las que no son en tanto que no son“ estableciendo con esto que la realidad no tiene su propia medida y que es el hombre a través del intelecto quién le da medida a cada cosa.
Además de Protágoras encontramos filósofos que se oponen a la doctrina relativista como Platón y Sócrates, quienes creen que con el planteamiento de Protágoras se pierde la dimensión objetiva, trascendente y universal de la verdad. Así Platón responde a Protágoras diciendo: “Si el hombre es la medida de todas las cosas, en consecuencia, como a mi me parezca que son las cosas, tales serán para mí, y como a ti te parece que son las cosas, tales son para ti” . Si bien ellos piensan que la verdad está en el conocimiento de cada sujeto, plantean que ésta debe adecuarse a la realidad.
¿Qué tan cuestionable es lo planteado por Protágoras? La respuesta no es tan sencilla, es evidente que en una sociedad moderna como la actual, donde todos estamos conectados, y convivimos constantemente con otras culturas cuesta plantearse algo absoluto, es que experimentamos aperturas, y damos paso para que el concepto de bien y mal se confunda. Al no tener claridad de qué es lo bueno y qué es lo malo, nos es difícil optar o decidir, por lo mismo, nace el “quizás” o el “puede ser” como respuestas claves de la sociedad relativista.
La pregunta ahora es si ¿Puede existir ética en una sociedad como esta?. Siendo tajantes la respuesta sería “no”, ya que cuando se habla de ética, se hace referencia a la diferenciación que hacen las sociedades entre el bien y el mal. Las cosas son buenas o malas, los puntos medios, los grises, no existen. Sin embargo, el bien para una cultura significa una cosa, para otra, es algo diferente, entonces no se tiene claro que es el bien, y que es el mal, por tanto los conceptos se relativizan, y de acuerdo esto no hay ética.
Pero, esta misma ética objetiva es suscrita al sujeto, al hombre, que en su naturaleza es un ser también subjetivo, que se rige en torno a su razón (objetividad) y su pasión (subjetividad), este sujeto es un ser individual y social lo que lo hace obrar de acuerdo a sus principios, creados en base, a una historia particular, la ética se vuelve subjetiva en estos términos. La historia de cada ser provoca una mirada distinta y una forma de actuar determinada uniéndose así al relativismo en el que convivimos como sociedad.
Todo hombre busca la felicidad, han dicho los diversos sistemas éticos a lo largo de la historia, esta felicidad por tanto le indicara lo bueno y lo malo de sus acciones. En este sentido se derrumba el hecho de que la ética no existe, ésta sería entonces, algo que jamás dejara de existir, al existir el hombre. ”Para determinar objetivamente que algo es bueno, tenemos que demostrar que efectivamente es bueno para el hombre, esto quiere decir que lo perfecciona, [...] algo es malo cuando corrompe, destruye y/o limita al hombre y por consecuencia lo hace infeliz. Este criterio nos ayuda a determinar de manera objetiva la moralidad de la acción humana. [...]”.
El hombre no vive sólo en el mundo, las visiones particulares antes descritas, deben obligatoriamente sustentarse en una sociedad que tiene un proyecto moderno común, donde también existen conductas, por lo tanto deben existir además principios universales.
Aquí es donde entra en juego, en este “partido de la ética” el papel de la libertad, ya que, es ésta la que nos permite la elección entre lo bueno y lo malo, entre lo que consideramos real y verdadero(bueno) y lo que escapa de esto(malo).
Esta elección hoy es posible “gritarla”, gracias al mismo relativismo que terminó en gran medida con los fanatismos exagerados y pensamientos absolutos. Este hecho es positivo, el mundo necesitaba renovarse y ser “libre”, pero libertad no significa anarquía, y es aquí, donde se pondrá énfasis, “los chanchos no pueden estar en el corral de las vacas, o las vacas en el gallinero”, provocaría un desorden en dimensiones para la humanidad. Nos volvería locos el hecho de que no existiese un orden, por pequeño que sea.
El ser humano se hace más libre, cuando es capaz de elegir responsablemente como quiere construirse en forma individual y social. Cuando el ser humano ejerce esta libertad de la que se habla, se humaniza, en la medida en que esta libertad responde a sus principios, evidentemente orientados a la búsqueda de su plenitud.
Suena paradójico y cuesta decirlo sobre todo cuando existe una historia en los ciudadanos, que reclama por las normas o los parámetros que se establecen y responsabilidades que se están obligadas a adquirir .
Los hombres somos seres morales, necesitamos de la moral para existir y evaluar nuestras acciones. El hombre requiere de un marco de referencia para actuar y conducirse en sociedad. Digamos entonces que estas normas son necesarias, si no existieran, la sociedad se manifestaría con muchas licencias, creando una sociedad en la que no importa por donde corra la pelota, por que corre o quien la tiró. “ Se abre así la puerta del todo vale por donde siempre podrá entrar lo descabellado e irracional. Con esa lógica de papel el drogadicto al que se le pregunta ¿Por qué te drogas? Siempre puede responder y ¿ Por qué no?”
¿Acaso nos gustaría que nuestros hijos nos respondieran así? La respuesta cae por su propio peso, “no”, porque independiente del relativismo en el que se esta insertos como antes mencionamos son necesarios principios universales. Estos principios universales, que están determinados para todos, son esenciales, y tienen que ver con lo determinante de una cosa que si no existiera excedería a lo natural. La ética subjetiva sólo tendrá cabida en como llevar a cabo este principio ya establecido como esencial. “De la naturaleza de un recién nacido se deriva la obligación que tienen sus padres de alimentarlo y vestirlo. Son libres de escoger entre diferentes alimentos y vestidos, pero la obligación es intocable. Subjetivamente pueden decidir no cumplir su obligación, pero entonces están actuando objetivamente mal” .
Dicho esto se hace necesario preguntarse ¿Se es tan dueño de este relativismo?,La respuesta tiene que ver con el proceso antes descrito, del que se fue formando parte, sin voz ni voto, y que nos dirigió a una sociedad globalizada, al parecer el modelo preciso para el relativismo. ¿Se podrá parar? Es muy difícil, como ya lo dijimos la globalización trae consigo relativismo, y ésta es un proceso adoptado por el mundo, hecho más fuerte por medio de la incorporación de modelos económicos y tratados de libre comercio, que han dejado al mundo demasiado endeble frente a principios que no podemos transar.
Producto del acercamiento del mundo, gracias a los medios de comunicación de masas la ética y la moral ha variado en un mundo globalizado, con sociedades multiculturales, el concepto de moral se basa en este mundo multicultural, es así como se disfraza el concepto de moral para satisfacer a la sociedad que adapta una diversidad masificada haciendo variados y relativos los conceptos, “ El relativismo moral percibe que los principios o estándares morales están fijados en el consentimiento social, el cual varia de cultura a cultura” .
En base a lo que aquí se dice, es correcto decir en el contexto de sociedades multiculturales y más concretamente de sociedades globalizadas los criterios de objetividad y universalidad de la verdad ya no son sostenibles, producto del desarrollo del pensamiento, el avance de las ciencias y siendo más rigurosos por el proceso de aperturas que ha experimentado el mundo. El conocimiento está en constante cambio, y las teorías que hoy sirven para interpretar la realidad mañana quedan obsoletas ante nuevos descubrimientos.
En nuestros días es complejo hablar de la “verdad”, no existe sólo una perspectiva, una forma de decir y hacer. Lo interesante es entonces que no porque no se pueda conocer la verdad no habrá criterios para conducirse en ella, orientados a los principios de cada ser, que lo dignifican y le permiten enfrentar la problemática del mundo.
En el caso de nuestro país, podríamos decir que el mundo camina demasiado rápido, y por lo mismo el hombre debe actualizarse a diario, se consigue de esta manera avanzar en forma continua con los medios de comunicación y la tecnología existente, gran ejemplo de este hecho son las grandes cifras que actualmente se gastan en capacitaciones a nivel educacional y laboral, público y privado.
Es que ya nos introducimos al fenómeno de la globalización, y no podemos quedarnos atrás.
¿ Qué pasa con Chile en términos micro?
Chile, también una sociedad globalizada a sido parte de este proceso de modernidad, y por sobre todo ha sido parte de cambios. La década del 90 es en gran medida un referente de esto, se vive un quiebre como sociedad respecto al 80, que se percibe hasta el día de hoy.
Se logra una sociedad nueva, mucho más expresiva, con más libertad, con más acceso a cultura.
Existe un cambio en las relaciones sociales, se respetan menos las tradiciones, ahora cada cual se va a comportar como quiera.
Será entonces una sociedad renovada y transformada por el deseo de expresarse y revelarse contra fuerzas desconocidas, el sistema, la iglesia y por sobre todo el mundo.
La gente goza de desprenderse de las exigencias morales, tiene ansia de libertad, del elegir uno mismo, de sentirse “desnudo”. Además empieza a surgir mucha critica a la moral y a lo políticamente correcto. Todo este cambio del que hablamos se ha ido formando de manera paulatina dándose cosas que jamás hubiéramos imaginado años atrás.
Culturalmente Chile vive una explosión, quizás como respuesta a toda la represión cultural vivida en el gobierno de Pinochet, donde se prohíben muchas manifestaciones artísticas y variados cantantes se van del país.
A partir del 90 se percibe un énfasis en el desarrollo educativo y tecnológico de Chile, que se manifiesta claramente en el actual gobierno de Lagos, la gente se ve con mayor acceso a cultura e información.
En general se percibe gran apertura de mente, la televisión rompe esquemas, se abre a temáticas que antes no tenían cabida, los mismos espectadores se muestran tolerantes y conocedores de varias otras culturas.
Es entonces cuando comenzamos a involucrarnos en el contexto de lo relativo, evidenciado actualmente con mucha fuerza. Poco a poco vamos enfrentando mentes e ideas nuevas. Parece ser que hoy día la típica imagen de la sociedad “cartucha” y el perfil de la sociedad del siglo pasado ya pasó, para convertirnos poco a poco en una sociedad más “renovada” y “libre”. El episodio de Spencer Tunick, archivado en la retina de la gente, marcó un paradigma en esta nueva sociedad Chilena.
Pero en alguna medida podríamos decir que esta sociedad llena de transformación se esta quedando estática. No se esta caminando hacia nada, esto porque no se tienen ideas y pensamientos claros y tajantes.
A veces es necesario un “si” o un “no”, estamos cansados de una sociedad callada, se acabo la voz. Ser “tolerante” es una cosa, pero ser “indiferente” otra. Hace falta la chispa, la discusión, las protestas, y la unión, se es cada día más individualista, esto también es claramente una consecuencia de la globalización.
Estamos tranzando cosas que como sociedad se suponían claras, ejemplo de esto es la aceptación de la píldora del día del después. Necesitamos valores universales: La vida, la justicia, la paz. Claro está, nuestra cultura determina nuestra moral, pero esta moral no debemos perderla. Ahora cabe preguntarse en un contexto de sociedad globalizada, ¿Cómo podemos ser claros si damos vuelta la cabeza hacia un lado y nos encontramos con países cada día más abiertos? : España aceptando el matrimonio gay, y hacia al otro, nos encontramos con el mundo musulmán donde todavía la mujer debe cubrirse el rostro enteramente.
Todo esto nos deja algo en claro que nuestra cultura determina la moral, William Sumner dice “la moralidad está firmemente basada en las tradiciones y folklore de una cultura, por lo tanto los valores morales tienen que ser relativos, ya que las tradiciones difieren de cultura a cultura” .
Para finalizar hay que sacar algunas cosas en limpio, la sociedad cada día más relativista, necesita igualmente de parámetros que rijan la vida. Chile conserva aún estos parámetros. Todavía existen cosas que no se transan, y por tanto todavía encontramos la discusión ante temas éticos, como el aborto y la clonación. La lucha constante entre la ciencia y la religión, evidenciada hace muchos años atrás sigue latente. En este sentido podríamos decir que no existe tanto relativismo, porque igualmente se dan discusiones, aunque evidentemente está capacidad de dialogo y de discusión haya disminuido producto del relativismo, y haya dado paso a una sociedad a primera vista “tolerante”, pero a la cual todavía parece faltarle tolerancia y aceptación. Esta claro el rechazo que existe hoy a lo diferente, en este sentido no se es una sociedad tan abierta como se piensa.
Dicho todo esto queda claro que la sociedad chilena seguirá transformándose, y que se necesita de voz, pero de una voz que con tolerancia diga también cosas claras. Valdría la plena plantearse si ¿ Se podrá como sociedad ser claros y tolerantes al mismo tiempo?
¿Se recuperara la voz de la sociedad chilena? Actualmente tenemos el derecho a decir lo que se nos venga en gana, pero más que el derecho necesitamos la voz. Una voz sin imprecisiones, sin confusiones y sin miedos.
Se quiere hablar de una sociedad y de un mundo con DERECHO Y VOZ .
Como buen 'pragmatista' (y muy actual por cierto), el filosofo norteamericano citado duda de la existencia de la verdad. Creo que Tomas de Aqunino le responderia con su genial estilo que ese 'esceptiscismo' vendria siendo una verdad, y claramente, verdad objetiva.
La mayoria actualmente duda de la verdad y no esta mal recordar que 'las mayorias no son criterios de verdad' (Benedicto xvi)
Estimado profesor: no se necesita haber leído a Descartes para, en lo que atinge a epistemologia, establecer como verdadero aquello de lo cual uno tiene conciencia. Este "aquello" (algo así como lo que Hegel llamaba "yo absoluto") es completamente verdadero y, como ya sugería con las citas de Santo Tomás, no merece demostración, porque cualquier intento conllevaría la misma conciencia. Luego, del hecho de que no dude respecto de mi exisencia no se sigue (como Ud. acota) que SI pueda dudar de la existencia objetiva de las cosas que supuestamente (y esto es lo que dije que en el párrafo del Aquinate es indemostrado).
El asunto, por tanto, dice relación con "lo otro”: aquello supuesamente "objetivo", que creemos que se encuentra fuera de nuestra mente. En efecto: ¿cómo puedo saber que existe si no hay modo alguno de conocerla de una manera "pura" (o considerada en sí misma)? El asunto es que podemos conocer las esencias, pero NO las existencias. Y no hay forma alguna de saber que las esencias aprehendidas por nuesra mente se corresponden con las existencias porque, como ya insinué, para hacerlo tendría que ser capaz de existir en las otras cosas… pero ¿cómo hacer eso?
Si lo externo es un caos de sensaciones que nuestro sentido común unifica -eso se lee en Kant en Jaspers, ¡¡incluso en Cuadrado!!!-, es decir, si hay algo "puesto" por nosotros a las cosas al momento de darles el caracter de ser en nuestra mente, entonces, ¿qué es eso de la objetividad? ¿No es más bien una objetividad subjetiva?
Me parece, por tanto, que lo Absoluto y lo Verdadero existen, sin duda; pero de ello no se sigue que pueda probar que dicho Absoluto exista fuera de mi mente (o que sea Absoluto para las otras conciencias: suponiendo que existen)… o, en términos más propios: fueran de mi alma. ¡Es en mi propio corazón donde yo encontré a Dios!
Estimado Cristián: si es que Ud. es capaz de hablar en nombre de Santo Tomás, déjeme hacerle una pregunta. OK. es verdadero ese pragmatismo (de ello no hay duda alguna), pero el que MI conciencia ha conocido y creado ¿se sigue de ello que aquel sea verdadero para las otras conciencias (supuestas e inemostradas)?
Mis más cordiales saludos a todos…
http://chesterthomas.wordpress.com
(Este sí es mi comentaro con las erratas arregladas: disculpen los problemas de tipeo, pero este computador tiene un teclado pésimo... Se me olvidaba decir algo: me alegra mucho que este lugar esé tomando más vida. Un abrazo a todos.)
Estimado profesor: no se necesita haber leído a Descartes para, en lo que atinge a epistemologia, establecer como verdadero aquello de lo cual uno tiene conciencia. Este "aquello" (algo así como lo que Hegel llamaba "yo absoluto") es completamente verdadero y, como ya sugería con las citas de Santo Tomás, no merece demostración, porque cualquier intento conllevaría la misma conciencia. Luego, del hecho de que no dude respecto de mi exisencia no se sigue (como Ud. acota) que SI pueda dudar de la existencia objetiva de las cosas que supuestamente (y esto es lo que dije que en el párrafo del Aquinate es indemostrado) existen en tanto cosas.
El asunto, por tanto, dice relación con "lo otro”: aquello supuesamente "objetivo", que creemos que se encuentra fuera de nuestra mente. En efecto: ¿cómo puedo saber que existe si no hay modo alguno de conocerla de una manera "pura" (o considerada en sí misma)? Así, podemos conocer las esencias, pero NO las existencias. Y no hay forma alguna de saber que las esencias aprehendidas por nuestra mente se corresponden con las existencias porque, como ya insinué, para hacerlo tendría que ser capaz de existir en las otras cosas… pero ¿cómo hacer eso?
Si lo externo es un caos de sensaciones que nuestro sentido común unifica -eso se lee en Kant en Jaspers, ¡¡incluso en Cuadrado!!!-, es decir, si hay algo "puesto" por nosotros a las cosas al momento de darles el caracter de ser en nuestra mente, entonces, ¿qué es eso de la objetividad? ¿No es más bien una objetividad subjetiva?
Me parece, por tanto, que lo Absoluto y lo Verdadero existen, sin duda; pero de ello no se sigue que pueda probar que dicho Absoluto exista fuera de mi mente (o que sea Absoluto para las otras conciencias: suponiendo que existen)… o, en términos más propios: fuera de mi alma. ¡Es en mi propio corazón donde yo encontré a Dios!
Estimado Cristián: si es que Ud. es capaz de hablar en nombre de Santo Tomás, déjeme hacerle una pregunta. OK. es verdadero ese pragmatismo (de ello no hay duda alguna), pero el que MI conciencia ha conocido y creado ¿se sigue de ello que aquel sea verdadero para las otras conciencias (supuestas e inemostradas)? ¿cómo saber eso?
Mis más cordiales saludos a todos…
http://chesterthomas.wordpress.com
Estimado Chester y queridos amigos: También me alegra que vaya cobrando vida, no tanto por la página, sino por la vida de nuestras inteligencias, que se esfuerzan seriamente en aprender, como va quedando de manifiesto en cada una de las intervenciones y seguramente tambieén, de las no intervenciones (me refiero a los que han leido y no han querido intervenir). Y es que precisamnte, al menos a mí, me está obligando a estrujar las pocas neronas que me van quedano a esta altura del año lectivo. Resultado de ese esfuerzo es lo que sigue:
Pese a que podría seguir insistiendo en la posibilidad de que no existas, puesto que con respecto a mí, tu eres "lo otro", intentaré ponerme más serio. Y para eso es preciso ahondar en la misma cuestión 16 de la suma, de donde hemos extraido el texto que comentamos. En el artículo 3 se lee: "Lo verdadero no puede ser entendido si no se entendiese el concepto de ente, porque lo que es entra en el concepto de lo que es verdadero". Lo que es, el ente que tiene ser, que existe "extra mentem", se incluye en el concepto de verdadero, de tal manera que sin ente no hay verdad. PEro sigue profundizando sobre esto en el artículo 4 de la misma cuestión 16: "Algo es primero conceptualmente según que cae primero en el entendimiento. Pero el entendimiento aprehende primero el ente mismo y en un segundo momento aprehende que él entiende el ente. POr lo que primero es el concepto de ente, segundo el concepto de verdadero". Primero es el concepto de ente, segundo el de verdadero. Estos textos nos sirven para recordar que el ente es lo primeramente aprehendido por el entendimiento y que por tanto, es el ser de la cosa, el acto del ente (es decir, lo que en el hay de actualidad, no de potencialidad), dicho de otro modo, la actualidad de la esencia, lo que funda lo verdadero. De allí que el pensador catalán Jaime Balmes dijera que "la verdad es la realidad de las cosas". Por eso es que tengo que insistir en que la existencia de lo que llamas "lo otro", (que no es más que "la cosa"), no requiere de demostración, porque es evidente, es lo que primero conoce nuestro intelecto. Al menos no requería demostración hasta el amigo Descartes, al que le dedicamos un fallido taller, pero aunque fallido nos permitió descubrir este texto que aclara mucho lo que venimos conversando: "Pero acaso acontezca que esas mismas cosas, que supongo que no son, porque me son desconocidas, no son, en efecto, diferentes de mí, a quien conozco. No lo sé; de eso no disputo ahora y sólo puedo dar mi juicio acerca de las cosas que conozco; conozco que existo e indago quien soy yo, que sé que soy". Como ves, hasta aquí lo mismo que señalabas vos: No dudo de mi existencia, pero sí de las cosas que no soy yo, es decir, "lo otro". Pero sigue Descartes y dice: "Y es muy cierto que EL CONOCIMIENTO DE MI MISMO, tomado precisamente así, NO DEPENDE DE LAS COSAS, LA EXISTENCIA DE LAS CUALES AUN NO ME ES CONOCIDA". Se conoce a sí mismo, pero no a las cosas. Más claro imposible. La inteligencia aquí se ha desentendido del ser, de la realidad y se queda encerrada en sí misma sin posibilidad alguna de saber si lo otro es real o no. Pero, como afirma Santo Tomás, reiteradas veces: "Hay otro entendimiento, el humano, que ni es su mismo entender ni el primer objeto de su intelección es su propia esencia, sino algo extrínseco, esto es, la naturaleza de lo material. Esto es lo primero conocido por el entendimiento humano. Lo segundo es el mismo acto por el que es conocido el objeto. Y por el acto conoce el propio entendimiento cuya perfección es el mismo entender. Así, el Filósofo dice que los objetos se conocen antes que los actos, y los actos antes que las potencias".Y en otro lugar "Nuestro entendimiento se conoce a sí mismo no por su esencia, sino por su acto"; todo lo cual dicho más claramente (si se puede)significa que la inteligencia no se conoce a sí misma sino después de haber conocido al ente (lo otro). La existencia del cogito NO es lo primeramente conocido, como afirma Descartes, sino el ente. Y porque existe el ente capaz de ser conocido, es que hay verdad. Todo lo cual lleva a que me pregunte: ¿Es posible seguir hablando de la verdad si niego la existencia del ente real? ¿cómo se define la verdad en la perspectiva del caos de sensaciones y de la duda sobre "lo otro"? En definitiva y simplemente si la verdad no es "adecuación entre el entendimieto y la cosa" ¿qué es? ¿Adecuación del entendimiento con su idea? ¿con el mismo entendimiento? PRegunto esto, porque tal como entiendo la verdad, a partir de lo reflexionado y aprendido, no es otra cosa sino decir lo que las cosas son, pero un "decir", que realiza el entendimiento (el decir de la voz es signo de esa palabra interior que el entendimiento ha pronunciado); pero si el entendimiento no puede conocer lo que las cosas son, porque sencillamente no puedo saber si hay cosas, o porque esas cosas son "objetivo-subjetivas", en tanto son construidas por el sujeto, o porqe sólo puedo conocer el fenómeno y no lo que las cosa es en sí ¿cómo es que puedo seguir hablando de verdad?
Finalmente, sobre la última afirmación acerca de que a Dios se lo encuentra en el interior del propio corazón, es tremendamente cierto, pero nada dice sobre la realidad extramental, porque si bien el hombre encuentra a Dios en su interior, no es para quedarse allí, sino para trascenderse a sí mismo y llegar a poseerlo verdaderamente por el conocimiento y el amor. Pensar que Dios está en mi alma o en mi corazón y sólo allí, puede llevar a alguna especie de panteismo, que imagino que no compartirías.
Intentaré seguir dándole vueltas a las cuestiones planteadas, que, como queda de manifiesto, no queda terminada y exige mucho más....
Saludos afectuosos
PD: Quedan pocos días....ánimo y a participar....
Al leer todo ésto, en varias definiciones acerca de lo que es la verdad, en todas coinciden en que es una relación entre la realidad y nuestro intelecto, por lo que reliativiza la verdad. No niego que haya una "verdad suprema", la esencia de las cosas, pero nosotros nunca podremos saberla con claridad, pues siempre conocemos la realidad según lo que nuestro conocimiento entiende como tal.
Por lo tanto, creo que una definición certera de lo que es la verdad, es la que da Kant: nosotros conocemos los "fenómenos", lo que vemos y precibimos de las cosas, la cosa en mí; en cambio, los "noumenos", la cosa en sí, es muy improbable, por no decir imposible de descubrir, ya que, como dije anteriormente, dependerá el conocimiento que tengamos de las cosas de lo que nosotros percibimos de ellas. Tambiñen, como afirmaba Hannah Arendt en "La Condición Humana", el hombre moderno sabía que no conocería el ser de las cosas, sino su apariencia (de ahí a decir que estas apariencias eran engañosas, y que nos desviaban del camino de la verdad, es otra cosa). Pero, si uno reflexiona acerca de ésto, uno puede preguntarse: ¿será verdad lo que veo? ¿será real todo ésto con lo cual convivo diariamente? Y la gran mayoría de nosotros, se conforma sencillamente con aceptar que las cosas son así. ¿Y si, en verdad, vivimos en un mundo de sueños, y cuando despertemos, nos damos cuenta que estamos en un mundo completamente distinto? ¿será todo esto verdadero? Entonces ¿qué es la verdad?...
Ahhh... Y me falto una cosa: dejo una invitación tanto al Profesor Mariano como a los que lean ésto, que si quieren informarse acerca de farándula, o leer análisis políticos de ámbito nacional e internacional, deportes, cultura, arte, etc., metanse a http://www.cuartopoder.cl (personalmente, yo hago análisis políticos a nivel nacional). Así que dejo la invitación. Disfruten.
Hola, Mariano, te agradezco por abrir la invitación a participar incluso a nosotros los que no estudiamos filosofía(y me encantaría hacerlo en vez de periodismo). Digo esto porque debo reconocer que no soy tan seco como tú y como Chester. Sin embargo, como ser humano algo de verdad intuyo. Ahora entremos al debate.
Primero que nada me gustaría decirle a Chester que el lugar de Dios no está solamente en el corazón, porque si fuese así ¿De adonde se origina todo lo que existe? y otra cosa, ¿Cómo es posible dudar de la existencia de las cosas, si incluso para comentar en este sitio estás manipulando un computador que es una cosa? Así sucede con todas las cosas que te rodean, ¿Cómo puedes dudar de su existencia?¿Acaso las imaginas? A veces la más compleja de las interrogantes tiene la más sencillas de las respuestas y a veces porque hay cosas que son evidentes, por mucho que hayan filósofos como Descartes que se atrevan a dudar de lo evidente, pero eso es como darle vueltas eternamente a un carrusel en donde se pregunta soy o no soy? cómo puedo preguntarme que soy o no soy? cómo puedo preguntarme que puedo preguntarme que soy o no soy?, etc.
Hablando de la existencia, lo que dice Pancha Rami es una clásica interrogante humana que no se puede responder a menos que pudiéramos pegarnos un balazo, morir y volver a vivir. Esta interrogante Descartes la hizo pública en la historia de la filosofía cuando hablo del genio maligno. Doy gracias a Dios porque me dio fe y eso me da seguridad de que nadie me está engañando.
Por último, para finalizar me gustaría opinar respecto del tema que puso Yoya del relativismo de la verdad y la moral. Si la verdad fuese relativa no podríamos decirle a una persona gorda "tú eres gordo", porque, en base a qué lo diríamos si es que no hubiera un ser en base al cual nuestro entendimiento nos permitiera realizar dicho comentario. Y si la moral fuese subjetiva entonces no habría explicación de por qué son las mismas cosas las que hacen infeliz a un chino, a un occidental, a un árabe y a un irakí ni tampoco porque cuando están en el amor se sienten bien y cuando viven en él se sienten mejor. Y es que la moral no es un invento del hombre, sino que proviene de la Ley Divina, proviene de Dios que conoce el camino de la felicidad, y el hombre participa de dicha Ley mediante la Ley Natural, que es el conocimiento de la "creatura racional" de la ley divina como dijo Santo Tomás con otras palabras. El argumeto de que la moral y la verdad varían con las culturas y las épocas, por lo tanto, es falso. Es justamente el estratega político CHINO Tse Ma quien dice "no se puede decir que la verdad cambia como la dirección del viento". Como Dios es la fuente de la verdad hay que acudir a Él para encontrarla y para ser feliz. "Yo soy el camino, la verdad y la vida", Jesucristo.
Lo último que quiero decir (ya saliendo del debate) es hacerles una invitación a todos ustedes a participar de mi blog si les gusta la reflexión, claro que no tengo la profundidad de los que estudian filosofía porque yo no lo hago, y así intentamos construir la verdad entre todos -además aprovechan de conocer un poco mejor mi pensamiento y corregirlo en lo que pueda estar errado-. La dirección es www.reflexocristo-base.com, blog del cual ya le habé personalmente a Mariano. Un abrazo cordial a todos.
Va llegando a su fin este mes dedicado al estudio de la Verdad. Y no puedo dejar de alegrarme por las conversaciones que hemos tenido. Los invito a seguir participando, porque sobre la Verdad está claro que debemos seguir reflexionando y más profundamente, por lo que seguirá la opción de posteriores conversaciones, sin perjuicio de que comenzará la correspondiente al Bien. Me da la impresión que todos estamos de acuerdo que existe una íntima relación entre la verdad y el entendimiento. La verdad existe allí o no existe allí, pero es en el entendimiento donde se juega el tema de la verdad, por decirlo de alguna manera. Ya sea que se afirme que puede conocerse la verdad de las cosas tal cual son o que se afirme que no es posible y que siempre el sujeto interfiere con su acto de conocimiento, lo cierto es que la verdad dice relación con el entendimiento (humano y divino). Lo cual nos obligará en posteriores conversaciones a reflexionar sobre la naturaleza de nuestro entendimiento, de tal manera de ver si es que acaso puede conocer lo que las cosas son o, en una perspectiva kantiana, le es imposible.
Insisto en que dada la importancia y profundidad del tema, quedará abierta la discusión y la reflexión sobre la verdad y el entendimiento, por lo que no dejen de revisar esta sección...
un saludo muy cordial,
Mariano
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